Diario del Caquetá, El periódico de los Caqueteños
Se cierra el telón de la fiesta sampedrina en territorio caqueteño, con la elección y coronación de la Embajadora Cultural del Caquetá; título que durante un año le dará la posibilidad de mostrar la mejor imagen de su terruño, lo mismo que de la belleza y donosura de sus mujeres.
Atrás quedan el 26 Festival Folclórico de la Amazonía y el 26 Festival Folclórico del Piedemonte Amazónico, con sus días y sus noches enmarcados por la riqueza cultural de una tradición que atrae a las mayorías y que, sin embargo, sigue en deuda de encontrar identidad propia.
Importante destacar el esfuerzo de la administración municipal, en cabeza del alcalde Luis Antonio Ruiz Cicery y su equipo de gobierno; lo mismo que lo hecho por la administración departamental, con el liderazgo del gobernador Arnulfo Gasca, rodeado de su selecto grupo de colaboradores.
Muy bien escogidos los escenarios para cada uno de los eventos, incluyendo la ruta de los desfiles; por su puesto, con detalles para mejorar, pero ante todo hay que reconocer que Florencia y todo el Caquetá recuperaron la alegría del reeencuentro.
Ver las calles repletas de espectadores, ansiosos por ver a las candidatas y sus comparsas, es sin duda la mejor manera de decirles a los gobernantes que hicieron bien a traer de vuelta la fiesta; que el próximo año puede ser todavía más organizado, con más atracciones y, sobre todo, con mayor autenticidad.
Así, termina el mes de junio con todo el derroche en comidas, bebidas y la usanza propia de estos días de mitad de año, y comienza julio de la misma forma hasta la elección de hoy, que esperamos sea acertada, sin decisiones amañadas, para que todo culmine como se lo merece el departamento.
En los próximos días vendrán los balances y habrá, entonces, oportunidad de conocer cifras de lo que se ganó o se dejó de ganar, de lo que estuvo bien y mal, de todos esos puntos que interesan para seguir evolucionando.
Mientras tanto, ¡gracias Florencia! ¡gracias Caquetá! Ha quedado en un punto muy alto la capacidad de sus gentes para realizar eventos de talla mayor, con miras a hacer de este territorio un referente destacado como destino turístico nacional e internacional.