Diario del Caquetá, El periódico de los Caqueteños
El fallecimiento de Ricaute Cárdenas Rodríguez, el mayor de la familia, a quien llamaban con cariño Coco, porque desde el colegio sobresalía por su inteligencia, fue una pérdida sensible no solo para su familia, sino para la generalidad de los habitantes de Puerto Rico.
Su carácter sociable, alegre, acompañando una y otra vez toda suerte de iniciativas ciudadanas, de manera particular las relacionadas con el deporte, lo hicieron merecedor de aprecio y reconocimiento.
El alcalde Wílmer Cárdenas Rodríguez, su hermano, recuerda que inició contaduría pública en la Universidad de la Amazonia a comienzos de los años 80, pero en el apogeo de la coca fue tentado por amigos que lo invitaron a sembrar en el Bajo Caguán.
Dejó entonces a un lado la universidad, se hizo empresario y se apasionó por el fútbol, formó muchos equipos; incluso él sobresalió como delantero; “era un 10 con mucha potencia y mucho dominio, hizo parte de la selección Caquetá, en ese entonces intendencia”, comenta el mandatario puertorriqueño.
Añade que el empresario Jorge Olaya Lucena fue quien apadrinó las gestas deportivas de su hermano; “le brindó oportunidades de trabajo en Florenciana, Coomotor Florencia, antes de irse hacia el Bajo Caguán.
“Él respiraba fútbol”; no en vano, le hicieron toda suerte de reconocimientos, incluido el Gran Guayas en 2021, por petición de la misma comunidad. Pero un cáncer en el estómago acabó con su existencia.
“Le descubrieron la enfermedad y a los tres meses falleció; durante muchos días no pudo recibir alimento, estaba en el hospital de Neiva”, resumió el alcalde. Tan pronto se supo la noticia de su muerte, sus familiares ordenaron el traslado a Florencia, por petición de muchos amigos.
Funerales La Basílica se encargó de lo pertinente hasta darle cristiana sepultura en el cementerio central de su municipio, luego de que le rindieran homenaje póstumo en el estadio municipal.
“Fue un deseo que él solicitó a los hermanos, deportistas y líderes de Puerto Rico; consideraron que era justo hacerle un homenaje en la cancha que él tanto adoraba, el estadio municipal José Lizardo Rojas”, nombre que hace memoria del alcalde y futbolista asesinado.
Ricaute tuvo nueve hijos y deja un legado en la actividad deportiva que todos le reconocen; por eso, el alcalde expresó su sentido agradecimiento, orgulloso de haber contado con un hermano de ese talante.