Diario del Caquetá, El periódico de los Caqueteños
“Todos los días le pido a Dios cuatro valores o fortalezas: primero salud integral del alma y el cuerpo, segundo, fidelidad a la vida cristiana y sacerdotal; Tercero, alegría porque un sacerdote triste o un cristiano triste es un hombre amargado y cuarto, sabiduría”. Así lo manifestó Monseñor Omar de Jesús Mejía, durante la celebración de sus 55 años de vida por parte de los colaboradores de la Arquidiócesis; el evento se realizó en el Salón Monseñor Torasso de Florencia.
En medio de la gratitud por los mensajes recibidos, el Arzobispo de Florencia recalcó que la vida es un don de Dios, y por eso su sentimiento es de acción de gracias por su guía, y por haberlo enviado a una región como el Caquetá donde ha aprendido a ser misionero y a ser obispo. Su vida religiosa ya va por los 29 años y consultado por sus éxitos, contesto que todos están en el corazón de Dios.
El alto prelado de la Iglesia en medio de la euforia y alegría por la celebración de sus cumpleaños, manifestó al Diario del Caquetá, “Para mi es una bendición estar en el Caquetá por el aprendizaje que he tenido. Lo que he venido comprobando es que si ser obispo fuera únicamente bautizar y predicar sería muy bueno, pero hay que administrar personas y bienes espirituales que son importantes para el desarrollo de las obras”, agrega monseñor Mejía, quien expresa que el ejercicio fundamental es confiar en las personas.
Dentro de sus propósitos de momento, Monseñor Mejía pidió a todos encomendar las oraciones por el padre Javier, un sacerdote que por estos días se encuentra delicado de salud en una de las UCIs de la ciudad, igualmente pidió orar por la salud de Carlos Julio Ramírez, un servidor de la iglesia. De igual modo, anuncio que este lunes será la ceremonia de despedida del padre José Mario Córdoba que descanso en paz. En medio de estos mensajes, el presbítero insistió en la responsabilidad de darle cumplimiento estricto a las normas de bioseguridad en estos días de pandemia, porque si no nos cuidamos muchos vamos a morir.
“Estamos en un mundo muy brutal pero debemos ser competentes, debemos aceptar los desafíos que nos coloca la vida. Todos los días debemos ponernos de pie y también orar a la Santísima Virgen María”, señaló monseñor Mejía, quien resumió su vida en la confianza. “Primero confianza en el Señor, y segundo confianza en quienes hacen equipo de trabajo, porque la esencia de la vida es confiar en las personas”.
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