Diario del Caquetá, El periódico de los Caqueteños

Hace algunas semanas, cuando regresaba de vender ropa con su socio Hernando Obando en una zona del Cauca, entre las localidades de Toribío y Tacueyó, el empresario Alejandro Carvajal vivió en carne propia el secuestro, Sin saberlo, entraron a una zona que no era permitida, que es epicentro de confrontación entre las disidencias de las Farc, el ELN y Águilas Negras, y cayeron en manos de hombres armados.

Era la una de la tarde y la primera inquietud de los plagiarios era saber si ellos eran infiltrados de la Sijín o narcotraficantes. Carvajal y su socio les demostraron que solo eran comerciantes de ropa. Eran como unos 15 hombres y, como refiere Carvajal, lo único que pudieron hacer mientras todo se aclaraba fue confiar en Dios. “Ya estábamos en la boca del lobo y había que manejar el momento.

Todos portaban armas Ak-47 y eran jóvenes, pero por fortuna los trataron bien y no tuvieron que aguantar hambre. El comerciante asegura que probablemente esta última situación se dio porque su mamá es una persona muy generosa que siempre ha compartido con las personas más necesitadas, Carvajal sostiene que fueron muy generosos pues ni siquiera le quitaron los anillos ni le pidieron dinero de sus cuentas bancarias. No pidieron nada y los dejaron libres.

Cuando llegaron a Florencia, el recibimiento fue majestuoso, con pólvora y todo. Y como tiene una familia más bien numerosa, el asunto fue un festejo. Lo mismo sucedió con su socio Hernando Obando, aunque reconoce que pasaron su susto. “La verdad fue que nos metimos en esa vía por error, pero por fortuna ya pasó, ahora lo que me corresponde es invitar a las personas que nos apoyen, y visiten nuestros almacenes para que realicen sus compras en estas temporadas de fin de año”.

Por diario

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